miércoles, 25 de febrero de 2015

¿O Corres O... ?

Escribo esto a unas horas del horripilante asesinato de Kluiver Roa, un muchacho de 14 años, a manos de la policía en nuestro Estado Táchira, en las cercanías de una protesta que realizaban los estudiantes en contra de este Régimen.  

No quiero saber de justificaciones.  No quiero escuchar discursos vacíos de pésame ni declaraciones sobre el supuesto arresto del que disparó, ni ruidos sinsentido referentes a los derechos humanos, por parte de la mano asesina de este Régimen.  Tampoco quiero escuchar acusaciones cuyo objeto es la acusación con sentido político. Porque la verdad es que, aunque duela, todos tenemos nuestra cuota-parte de responsabilidad en los niveles de violencia a los que hemos llegado.

Hasta hace pocos días pensaba que los que huían eran los que se iban del país. 

Ahora me doy cuenta, que estoy viviendo una forma de huir distinta, en mi propio país, en mi propia calle, en mi propio carro, en mi propia casa y en la de mis amigos y mi familia: la huida contra el atraco, la huida contra el robo, la huida contra el secuestro, la huida contra la muerte: la mía o la de algún familiar o amigo o incluso la de un muchacho desconocido como Kluiver Roa, que me llega al alma.  



Cada día, cada uno de nosotros, está permanentemente huyendo de la muerte, sintiéndola en los talones, como una sombra que no nos deja ni un momento de respiro.  



Y se está volviendo extenuante tanto miedo, tanta rabia, tanto dolor, tanta intolerancia y ceguera, tanta huida.  Ya no me cabe en el cuerpo, y se me sale en llanto, se me sale en grito de rabia e impotencia, al ver tanta sangre derramada.  

Y esta huida, interna, tiene muchas caras: 
  • La del Régimen que huye de su responsabilidad y su miedo con la represión, 
  • La del Régimen que expropia queriendo tapar su propia ineficacia, 
  • La del Régimen que roba a cada ciudadano todos los días cuando no tenemos ni siquiera para cubrir las necesidades básicas, 
  • La de los corruptos, desconectados de su sentir de país, que han asaltado a Venezuela entera y la han dejado en banca rota, no sólo económica sino de valores y principios y en algunos casos, hasta de esperanza,
  • La del que atraca y deja muerto a su igual que no reconoce, 
  • La del secuestrador que no ve que tiene secuestrada su propia conciencia 
  • La del soldado y el policía que deja su conciencia en algún rincón de la calle y dispara a un niño a morir  
  • La de la madre que no sabe qué hacer cuando se ve huérfana de sus hijos...


Y de inmediato me viene al corazón el poema de Andrés Eloy Blanco "Los Hijos Infinitos" ... 
"Cuando se tiene un hijo, se tienen tantos niños(...)     
y cuando un niño grita, 
no sabes si lo nuestro es el grito o es el niño,  
y si le sangran y se queja,  
por el momento no sabríamos  
si el ¡ay! es suyo o si la sangre es nuestra."

Se me calla la letra de impotencia y no quiero... Esta también es otra forma de huir...  

Cansada de huir alzo mi voz contra este asesinato, a manos del Régimen y digo:

¡Ya Basta! 


¡No más violencia!

Quiero la luz de nuestros niños caminando por nuestras calles, expresando sus sueños de esperanza sin encontrar la muerte, quiero madres y padres confiados en que verán a sus hijos al final del día, dándole las buenas noches y deseándole que sueñe con los angelitos, y no cerrando sus ojos en la sala de la morgue.  Quiero poder ver estos niños grandes el día de mañana y no que las colas para el cementerio sean cada vez más largas para ir a ver a nuestros hijos muertos.  



Quiero un país en el que todos nos veamos a la cara sin el temor de que se queden nuestras miradas congeladas por la muerte.

Quiero un país en el que podamos hablar sin miedo a ser silenciados.  

Quiero un país donde dejemos de huir, ya sea hacia afuera o en nuestra propia calle, y encontremos la paz el uno con el otro, frente a frente... 




lunes, 16 de febrero de 2015

Dar y Recibir en Pareja

Quisiera compartir con ustedes un extracto de El Principito.

"-¡Buenos días! -dijo el zorro. -¡Buenos días! -respondió cortésmente el Principito que se volteó pero no vio nada. -Estoy aquí, bajo el manzano -dijo la voz.-¿Quién eres tú? -preguntó el Principito-. ¡Qué bonito eres! -Soy un zorro -dijo el zorro. -Ven a jugar conmigo -le propuso el Principito-, ¡estoy tan triste! -No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado. -¡Ah, perdón! -dijo el Principito. Pero después de una breve reflexión, añadió: -¿Qué significa “domesticar”? (…)  -Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa “crear lazos… ” -¿Crear vínculos? -Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú para mí todavía no eres más que un niño igual a otros cien mil niños. Y no te necesito. Tú tampoco me necesitas. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo… -Comienzo a comprender -dijo el Principito-. Hay una flor… creo que ella me ha domesticado… 

-Es posible -dijo el zorro  (…) Y añadió: -Mi vida es monótona  (…)   me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se llenará de luz. Reconoceré el sonido de tus pasos que serán distintos de todos los demás. (…) ¡Mira! ¿Ves allá los trigales? Yo no como pan. Los trigales no significan nada para mí y eso es triste. Pero tú tienes los cabellos color de oro. Entonces, si me domesticas, será maravilloso, porque el trigo, que es dorado, me hará recordarte. … El zorro guardó silencio y miró detenidamente al Principito: -¡Por favor… domestícame! –dijo el zorro. -Me encantaría -respondió el Principito-, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que descubrir amigos y conocer muchas otras cosas. -Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no se dan tiempo para conocer nada. Compran todo hecho en las tiendas. Pero como en las tiendas no venden amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame! -¿Qué debo hacer? -preguntó el Principito. -Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Al principio te sentarás un poco lejos de mí, así, de esta manera, sobre la hierba. Te miraré de reojo y tú no dirás nada. El lenguaje es fuente de malentendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca…El Principito volvió al día siguiente. -Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que volvieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Y cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. 
A las cuatro ya estaré inquieto y preocupado; ¡y así, cuando llegues, descubriré el precio de la felicidad! Pero si llegas a cualquier momento, nunca sabré a qué hora preparar mi corazón… Los ritos son necesarios. -¿Qué es un rito? -dijo el Principito. -Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día sea distinto de otros días, una hora, distinta de otras horas. (…) . Así fue como el Principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando la hora de partir, el zorro dijo: -¡Ay… lloraré! -Es tu culpa -dijo el Principito-. Yo no deseaba hacerte daño, pero tú quisiste que te domesticara. -Por supuesto -dijo el zorro. -¡Pero vas a llorar! -Claro que sí. -¡Entonces no has ganado nada! –dijo el Principito. -Claro que sí -dijo el zorro- Gané el color del trigo. Y agregó: -Ve a ver las rosas otra vez; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Luego vuelve para que me digas adiós y te regalaré un secreto. El Principito fue a ver las rosas. -Ustedes no se parecen en nada a mi rosa; no son nada aún –les dijo-. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. (…)  

Por supuesto que cualquiera al pasar podría creer que mi rosa se les parece. Pero ella sola es más importante que todas ustedes juntas, porque fue a ella a quien regué. Fue a ella a quien abrigué con un fanal y a quién protegí detrás de un biombo. (…)   Porque es mi rosa. Y volvió donde el zorro: -Adiós… -dijo el Principito. -Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto. Es muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos. (…)  -Es el tiempo que has dedicado a tu rosa lo que la hace importante. –(…)  -Los hombres han olvidado esta verdad, pero tú no debes olvidarla –agregó el zorro-. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado."

Y en este punto quería hacer una reflexión sobre cómo al final, nuestra relación con nuestra pareja es un proceso de domesticación.  Y esta domesticación, al igual que con el principito y el zorro, requiere de nosotros dedicación de tiempo, entrega y por qué no? Rituales.  Y esta domesticación es un proceso del día a día.

Esto lo quise compartir porque la vida cotidiana en nuestro país y sobre todo en las ciudades más grandes como Caracas, el tráfico, la inseguridad, la situación económica, ir al mercado, y en estos días, además, incluye comprar los regalos de navidad, hacer las hallacas, ir a fiestas y reuniones, disminuyen nuestro tiempo diario para compartir y nuestra disposición para domesticar a mi pareja e incluso para ser domesticado por ella. 

Y en esta domesticación mutua lo que se da es un proceso de dar, tomar, ofrecer, recibir, entregar, recoger, ayudar, agradecer, dar, tomar, tomar, dar, regalar y agradecer... 

Y esto me conecta de nuevo con el tema de hoy… Quizá una de las quejas más repetitivas en la consulta es el poco tiempo que me dedica mi pareja… y esto se refiere a todos los ámbitos de funcionamiento…. Desde compartir las tareas del hogar, hasta la intimidad. Se escuchan quejas de las mujeres como que “El no me ayuda en las tareas de la casa” o quejas de algunos hombres y también de mujeres que dicen : “Es que yo lo o la busco y no me responde o está cansado…. O incluso algo como esto: “Es que es como entrar y salir y ya”  “No me acaricia”, “No me felicita cuando me va bien”, “No me dice que estoy bonita”   En relación a este dar y recibir de acuerdo con lo que plantea Bert Hellinger, el padre de las constelaciones familiares, el dar y el tomar requieren de un equilibrio... Ambos miembros de la pareja necesitan dar y tomar en la misma medida…

Dar y Tomar en Pareja... En la Balanza

La vida en pareja se enriquece dando y tomando.  Si sólo doy o regalo o si sólo tomo o recibo, al igual que en las máquinas, la relación se va marchitando hasta que progresivamente se termina. Mientras que sí damos y tomamos ambos en equilibrio, la relación continuará fluyendo de manera positiva… 

¿Y qué es lo que damos y tomamos?  Si bien pudieran ser cosas materiales, también puede ser  cariño,  afecto, intimidad,  dedicación… y tal como dice el zorro… los amigos, y en este caso las parejas no se pueden comprar en una tienda….