lunes, 1 de abril de 2019

La Boca del Infierno

Son las 10 de la mañana y no hay electricidad. Bajo por la autopista de Tazón y caigo en la Valle Coche.  

Veo una gran multitud en la entrada del Túnel de El Valle.

Gente recogiendo agua. Un gran tumulto.

Con los mega apagones desde hace más o menos un mes, la falta de agua se ha agudizado y se ha hecho evidente. Hasta ahora la veníamos sufriendo en cada casa, puertas adentro.  Ahora, la vemos en las calles.  Nadie está recibiendo agua.

La gente lo abarca todo.  Es difícil entrar al túnel. 

Veo una gran boca negra frente a mí.  Las luces altas del carro encendidas.  La negrura se come las luces del carro.  

No veo nada. Aun así, avanzo.  Lento.  Delante distingo luces de algunos carros. Se pierden.  Siento un destello a mi lado.  No distingo qué es.   Miro de nuevo.  Son dos motos.  Sin luz.  Siguen a mi lado.  Avanzando los tres.  Lentamente. 

De pronto no los siento más.  Escucho voces.  En la negrura logro percibir, de alguna manera, algo que se mueve en las orillas, a los lados en el túnel.

Son personas.  Hay gente caminando dentro del túnel, en la negrura, sin linterna, sin nada...  Están recogiendo y cargando agua.

Son muchas las voces.  Sin caras.  Sólo sombras en la negrura.  Sólo destellos que se mueven, pegados a la pared.

Ya no veo carros delante de mí en la vía.  Me asusto.  Se me disparan las fantasías.  Catastróficas por supuesto.  Sigo adelante. Quiero salir de la negrura. 

Siento cómo me recorre el miedo todo el cuerpo.  Mi respiración es corta, rápida y por momentos pareciera que no respiro.  Tomo conciencia. 

Me miro en la negrura.  Avanzando.  A pesar del miedo.

Y me digo: Están igual que tú. Buscando salir de la negrura.

Me calmo.  Sigo.  No veo nada. Ni gente, ni destellos, ni carros.  Nada. Continúo.

Y de pronto a lo lejos un pequeño destello de claridad.  Y lo sigo.  

Me voy acercando al final del túnel.  Llego a la salida.  Me recibe la luz.  Mucha gente agolpada.  Con tobos, botellones y envases gigantes buscando la vida.  Igual que los que vi en la entrada al otro lado del túnel.  Y así no termina la negrura.  Es sólo un paliativo.

Nos toca dar un paso más.  Pasar de resolver la situación individual de cada persona o familia, a organizarnos, entre todos, para poder salir definitivamente de la negrura y el infierno en el que estamos metidos  todos como país.  

Es nuestra decisión y nadie la puede tomar por nosotros.  

Necesitamos dar el paso, darnos cuenta de lo que sentimos para desde allí, poder actuar, expresar lo que sentimos y exigir de manera organizada a los responsables.  Así podremos entonces, brazo con brazo, a pasos acompasados, pasar la negrura y al salir del túnel entre todos, encontrar la luz de la libertad y la democracia.