sábado, 12 de septiembre de 2015

¿Soy Adicto al Sexo?

Con bastante frecuencia cuando le menciono a alguien el término adicción al sexo o hipersexualidad la gente se ríe y lo toman a broma e incluso llegan a decir cosas como “qué rico tener una adicción como esa”. Y es que para muchos el sexo es uno de los placeres más grandes del mundo… Pero ¿qué ocurre cuando el deseo se convierte en algo incontrolable? ¿Qué ocurre cuando en lugar de un placer el sexo se convierte en un dolor, en una tortura inaguantable e inmanejable?

La adicción al sexo es un problema de salud psicológica que se traduce en una búsqueda incontrolable de sexo frecuente, casual, de alto riesgo que puede traer consecuencias graves en la vida de una persona y su entorno.  La adicción al sexo es una enfermedad.

Al igual que con otras adicciones como el alcoholismo, o la drogadicción, cuando la enfermedad llega a límites extremos la persona puede perder su pareja, su familia, su empleo, sus amigos... e incluso su propia vida. 

El concepto "adicción sexual" no está incorporado en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales de la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos, una publicación reconocida por psiquiatras a nivel mundial.  Para su próxima edición, estudian la posibilidad de incluir el término "desorden hipersexual".  Y aunque la Organización Mundial de la Salud tampoco la reconoce como una adicción, sí maneja el concepto de "Impulso Sexual Excesivo".

¿Podemos hablar de adicción sexual de la misma forma que hablamos de adicción al tabaco o al alcohol?

Es la misma enfermedad, sencillamente enfocada hacia un estímulo diferente. De hecho la Universidad de Cambridge hizo un estudio en un grupo de hombres al que pidieron vieran imágenes pornográficas y encontraron que se activan los mismos centros de recompensa que los que se activan en el cerebro de los drogadictos cuando están consumiendo. 




Debido a la complejidad del tema, un equipo de psicólogos y psiquiatras de la Universidad de California han creado una lista de criterios para diagnosticar el llamado `desorden hipersexual' como un tipo más de trastorno de la salud mental.




Según Rory Reid, uno de los autores del trabajo, que se publica en la revista Journal of Sexual Medicine, algunos de los síntomas que reúnen los adictos al sexo incluyen:

  1. Un patrón repetido de fantasías sexuales
  2. Recurrir a la actividad sexual en respuesta a estados de ánimo desagradables, tales como depresión, estrés, rabia...  Algunas personas utilizan el sexo de vez en cuando para disminuir el estrés.  Esto es normal. El problema es que para estos pacientes se trata de una conducta constante.
  3. Fracaso en sus intentos por reducir o frenar su actividad sexual, cuando se dan cuenta de que tienen un problema.
  4. El deseo sexual va controlando todos los aspectos de su vida, y además se sienten impotentes en sus esfuerzos por cambiarla.
Los investigadores encontraron que la mayoría de individuos con desorden hipersexual sufrían las consecuencias de su enfermedad: 

·   El 17% había perdido su empleo al menos una vez,
·   El 39% había finalizado una relación sentimental y
·   El 28% había contraído alguna enfermedad de transmisión sexual.

"Las personas que manifiestan los síntomas de la enfermedad experimentan las secuelas en su vida diaria", explica Reid. La conducta hipersexual se relaciona con una mayor perturbación emocional, impulsividad e incapacidad para manejar el estrés." 

Además, las conductas más repetidas entre los pacientes incluían la masturbación y uso excesivo de pornografía, el sexo presencial con parejas anónimas o trabajadores sexuales y el cibersexo.. Estas personas tenían relaciones con trabajadoras sexuales y repetidos encuentros con parejas anónimas, con una media de 15 compañeros sexuales en los últimos 12 meses.

En un artículo publicado por BBC Mundo, Alexandra Katehakis, Directora del Centro para un Sexo Saludable, ubicado en Los Ángeles, expresa que "Cuando una persona asocia repetidamente consecuencias negativas con actos sexuales y quiere parar pero no puede, a pesar de múltiples intentos, lo más probable es que sea adicto al sexo".

"El cerebro puede hacerse adicto a los químicos que se liberan durante el acto sexual o cuando se ve pornografía. El centro de recompensa del cerebro se estimula de gran manera y, si esto ocurre frecuentemente, el cuerpo produce un ansia por elevar la actividad de los neurotransmisores (la sustancia química que transmite los impulsos nerviosos)", explica.    Y agrega: "En este caso es muy difícil detener la actividad sexual".   



Según información recolectada por EFE de un estudio de USP Dexeus (Instituto Universitario USP Dexeus)  se calcula que el 6% y el 8% de la población es adicta al sexo y de éste, una de cada cinco es mujer. Este porcentaje según el estudio de USP Dexeus va en aumento como consecuencia de las nuevas tecnologías.  Es probable que el porcentaje sea mayor ya que hay una cantidad de personas que no saben que tienen este problema, otras que lo saben y no lo reconocen ante los demás… De hecho, me ha ocurrido que acuden algunas parejas a terapia creyendo que tienen un problema de infidelidad y cuando comenzamos a indagar encontramos que lo que realmente está ocurriendo es que uno de los miembros de la pareja tiene un problema de adicción al sexo, ya sea mediante la pornografía, o el envío de mensajes a otras personas desconocidas o no, o mediante el flirteo o mediante relaciones sexuales con trabajadores sexuales.

Otros datos de la investigación realizada por el Servicio de Psiquiatría de USP Dexeus señalan que la adicción al sexo se da más en los hombres (85%) que en las mujeres (15%), que optan menos por el sexo anónimo y la pornografía.

¿Y cómo puedo saber si soy adicto al sexo?  

Hay algunas señales que nos pueden alertar de que podemos estar teniendo un problema de adicción al sexo.  En el artículo Adicción al Sexo publicado en BBC Mundo incluyen algunas como:


  1. Ciertos tipos de comportamientos como sexo frecuente casual o sexo de alto riesgo.
  2. Uso excesivo de pornografía.
  3. Querer detener o cambiar el comportamiento sexual y sentir que es imposible parar.
  4. Usar el sexo como una manera de hacerle frente a otros problemas.
  5. Necesitar cada vez más sexo para obtener satisfacción.
  6. Sin importar lo que esté en peligro (su salud física, integridad, moral o integridad emocional propia o de otros) siempre querrá tener sexo.  El factor riesgo es un estímulo en sí.
  7. Sentirse triste o culpable en lugar de sentir placer después de tener sexo
  8. Pasar cada vez más tiempo pensando o planeando actividades sexuales
  9. Perderse eventos sociales importantes o incluso actividades laborales para conseguir más sexo.
De acuerdo con la Asociación de Adictos al Amor y al Sexo algunas de las características de la Adicción al Sexo y al Amor son las siguientes:

  1. Mantenemos relaciones sexuales y/o nos vinculamos afectivamente sin conocer a las personas.
  2. Por miedo al abandono y a la soledad prolongamos y reanudamos relaciones destructivas, nos ocultamos a nosotros mismos y a otros nuestra enorme dependencia de los demás y nos aislamos y sentimos cada vez más separados de amigos, personas a los que amamos, de nosotros mismos y de Dios.
  3. El miedo a no tener suficiente amor y sexo nos lleva a buscar obsesivamente. Nos vemos en una relación tras otra, a veces con varias personas al mismo tiempo.
  4. Confundimos el amor con la necesidad afectiva, con la atracción sexual y física, con la pena por alguien y/o con la de alguien a quien solucionarle los problemas o que nos solucione los nuestros.
  5. Cuando estamos solos nos sentimos vacíos e incompletos y aunque nos da miedo la intimidad y el compromiso, buscamos sin cesar relaciones y contactos sexuales.
  6. Transformamos la tensión, la culpa, la soledad, la ira, vergüenza, el miedo y la envidia en deseos sexuales. Utilizamos el sexo o la dependencia emocional como sustitutos del cariño, cuidado y afecto que otros obtienen en el seno de una relación sana.  
  7. Utilizamos el sexo y los enredos emocionales para controlar a los demás. 
  8. Las obsesiones o las fantasías románticas o sexuales nos paralizan y nos impiden concentrarnos en nuestras tareas diarias.  
  9. Evitamos las responsabilidades que tenemos hacia nosotros mismos vinculándonos a personas que no nos corresponden o no nos hacen caso.
  10. Seguimos siendo esclavos de la dependencia emocional, del coqueteo romántico o de actividades sexuales compulsivas.
  11. Para evitar que nos hagan daño evitamos toda relación íntima, confundiendo la anorexia sexual y emocional con la recuperación. 
  12. Atribuimos cualidades mágicas a los demás, los idealizamos y los perseguimos, para luego responsabilizarlos de que nuestras fantasías y expectativas no se han cumplido.

Existen muchos “tests” en Internet que te pueden ayudar a tener una idea de si eres adicto al sexo o no.  Algunos son interactivos y luego de responder todas las preguntas te dan un feedback con tus resultados.  Puedes acceder uno de estos tests en el siguiente enlace:  http://www.webconsultas.com/mente-y-emociones/test-de-psicologia/test-eres-adicto-al-sexo-11654

Hay un cuestionario de la Asociación de Adictos al Sexo y al Amor Anónimos que tiene 44 preguntas que puedes responder y te dará una idea de si tienes un problema de adicción al sexo.  Ese no es interactivo.  Lo puedes leer en línea o imprimirlo y responder las preguntas…. 

Variantes en la Adicción al Sexo

No todas las personas viven la adicción al sexo de la misma forma:  
  1. Algunas ven pornografía y se masturban y cada vez necesitan hacerlo con mayor frecuencia y con estímulos cada vez más fuertes. 
  2. A otras les gusta enviar mensajes de texto por celular o por algún tipo de sistema de chat en línea, en los que provocan a la otra persona y le coquetean, con frecuencia sin llegar a tener sexo de manera presencial.
  3. Algunas personas flirtean de manera presencial sin llegar a tener sexo.  La emoción del coqueteo y de la posible aventura los mueve y no tienen control sobre sus impulsos.
  4. Otras personas tienen sexo casual con personas desconocidas y en algunos casos con conocidas... Cada vez necesitan mayor frecuencia y estímulos cada vez más fuertes para sentir satisfacción, sin ningún control.
  5. Otras personas son adictas al exhibicionismo o voyeurismo, es decir que les gusta observar a otros desnudos o teniendo relaciones sexuales.

¿Qué hacer si me identifico como adicto al sexo?
El primer paso es reconocer que tienes un problema, que tienes una enfermedad.
Es importante que busques ayuda profesional.  Hay diferentes formas en que puedes recibir ayuda: 

  1. Puedes acudir a Grupos de Apoyo como Adictos al Sexo y al Amor Anónimos 
  2. Puedes acudir a psicoterapia individual.  En este caso les puedo hablar sobre la psicoterapia Gestalt en el tratamiento de las adicciones.  Quizá una de las características de la terapia Gestalt es en el tratamiento de las adicciones en general es que partimos del hecho de que aun cuando persona tenga una enfermedad, en este caso la adicción al sexo, siempre estará presente su parte sana. Por ello en la primera etapa el trabajo va a estar centrado en ir aprendiendo sobre la parte adicta: Por ejemplo, qué la activa, qué pensamientos surgen cuando está tratando de convencerlo para que vea pornografía, se masturbe o tenga sexo, qué siente a nivel corporal cuando se activa la parte adicta… Se le pide a la persona que comience a aplicar lo que está aprendiendo sobre su parte adicta en su vida cotidiana, es decir que comience a observarse en su vida cotidiana y ponga en evidencia a su parte adicta cada vez que la vea surgir… Luego a medida que va avanzando el trabajo profundizamos un tanto para que la persona pueda identificar las emociones que pueden disparar a su parte adicta… Puede ser por ejemplo el estrés (suele ser el más común) o puede ser la ansiedad por la dificultad para resolver algunas situaciones… Ello implica que entonces vamos a ir trabajando con algunas herramientas que le permitan a la persona disminuir el estrés y la ansiedad.  En estos casos trabajamos con la respiración, y con algunas técnicas de meditación…  Acompañaremos a la persona para que pueda identificar los factores de riesgo y los factores de protección y cuál será la estrategia para manejar los de riesgo y apoyarse en los de protección. En paralelo iremos trabajando con el aprendizaje sobre la diferencia entre los placeres sanos y los placeres insanos que se caracterizan por la necesidad de que nos den satisfacción inmediata… Trabajamos con la valoración y cuido personal incorporando actividades físicas que le agraden a la persona, tales como caminatas, natación, gimnasio que activen las hormonas sanas del placer, desde el esfuerzo que implica la actividad física. Entonces trabajamos con la identificación de placeres sanos que le gusten a la persona para que vaya incorporándolos en su vida cotidiana. Es un trabajo a todo nivel: Corporal, Emocional, Cognitivo y Espiritual
  3. En algunos casos, la psicoterapia debe acompañarse de terapia farmacológica prescrita por el psiquiatra. Los ISRSs on fármacos antidepresivos que se han mostrado altamente eficaces en el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo y que también son frecuentemente empleados para el tratamiento de la adicción al sexo.

¿Debo compartir con mi esposa, con mi pareja que tengo un problema de adicción al sexo?

En mi consulta he atendido personas que comparten con su pareja su problema y también he trabajado con personas que se niegan a compartirlo con su pareja porque sienten que su pareja los va a dejar si se entera que tiene una adicción al sexo.  Por supuesto que esa es una posibilidad, ya que la pareja tiene la opción de decidir si quiere asumir esta situación de salud de su pareja. Por otro lado, la pareja está en su derecho de poder elegir.  Lo que he visto en estos casos es que la recuperación es más difícil porque se mantiene el engaño a la pareja, que es una de las principales características de la adicción, y porque además no cuenta con el apoyo de su pareja. En los casos en que la pareja lo sabe, es muy duro también, puesto que se activa la desconfianza en la pareja, que siente que la puede estar engañando todo el tiempo, por supuesto surge el dolor por el engaño previo, el rechazo , la rabia el miedo por ejemplo a tener o contraer una enfermedad de transmisión sexual, y por supuesto,  la decisión de si quiere continuar la relación o no.

Al respecto Doug Weiss, un psicólogo especialista en Adicción al Sexo, en un artículo llamado “Quién Protege a la Esposa se pregunta si al adicto se le debe dar la prerrogativa de decidir cuándo es bien sabido que todas las adicciones le roban a los adictos la madurez emocional, espiritual y moral y se pregunta por qué dejar esa decisión en manos de la persona que tiene la menor madurez y el mayor record de malas decisiones ..  Y luego se pregunta en relación a si la decisión la debe tomar el terapeuta y dice: El terapeuta está arriesgando alguna otra cosa más que el hecho de que a lo mejor el cliente no vuelva?

Y continúa… “La esposa sin embargo, pudiera estar arriesgando su vida (por el SIDA o cualquier otra enfermedad de transmisión sexual) si su pareja está mintiendo acerca de haber sido infiel en el pasado, el presente o el futuro.  Ella está tomando riesgos emocionales, sexuales y financieros ahora y en el futuro. Con frecuencia también escribiendo el cheque que mantendrá su matrimonio y en la mayoría de los casos ella es más madura que el adicto.

Nos dice Doug Weiss, “En mi opinión, es la prerrogativa de la esposa decidir
cuánta información general acerca del pasado y el presente debe saber.  Esta información general incluye lo que conlleva su adicción, cuántas veces lo ha hecho, con qué frecuencia, cuándo fue la última vez que ocurrió. Escuchar detalles específicos acerca de comportamientos puede ser peligroso y las consecuencias de saber cada detalle debe ser considerado con un profesional. En mi experiencia, la mayoría de las mujeres puede que no tengan los hechos pero sí saben la verdad a través de su intuición.

Y continúa diciendo: “Una cosa que he aprendido es que lo que un hombre protege, lo ama.  Si un esposo está protegiendo sus secretos o su adicción, entonces quién está protegiendo a la esposa inocente?  Los hombres que he visto recuperarse exitosamente son aquellos que matan los secretos y la adicción y protegen a sus esposas.

Si es necesario decir también que si bien es decisión de la esposa cuánto quiere saber, hay detalles de pensamientos y algunas acciones de los adictos que son muy fuertes para las esposas y deben compartirse con el terapeuta y el grupo.


Algunas Sugerencias 
  1. En primer lugar admite que tienes un  problema
  2. Toma conciencia. Ya sabes que tienes un problema, una adicción. Ahora bien, ¿estás dispuesto a hacer el cambio? Analiza cuán dispuesto estás a superar la adicción. Para lograr la recuperación debes querer mejorar.
  3. Busca ayuda. Inicia un tratamiento de psicoterapia. Nadie mejor que un terapeuta podrá guiarte adecuadamente en los pasos de tu recuperación. Podrás expresarte abiertamente y encontrar en tu interior las respuestas a tus propias preguntas.
  4. De ser posible únete a un grupo terapéutico de apoyo. Una adicción conlleva el sentimiento de soledad e incomprensión pero, como se suele decir, “no estás solo”. Hay mucha gente que está pasando o ha pasado esta misma situación así pues, ¿por qué no apoyarse unos a otros? Los grupos terapéuticos de apoyo permiten compartir la experiencia, encontrarse protegido y escuchar las estrategias de aquellos que están en un mejor estado.
  5. Pide la ayuda y colaboración de las personas más cercanas a ti y/o de convivencia. Superar una adicción por propia cuenta es muy difícil y aún teniendo la ayuda psicológica también es importante contar con el apoyo de las personas más íntimas. La familia, la pareja o las amistades deben conocer qué ocurre y cómo actuar a fin de ayudarte a mantener esas pautas que pueden ser tan difíciles de seguir. Así, te podrán ayudar en momentos de mayor debilidad y alejarte del objeto de adicción.
  6. Presta especial atención cuando empieces a mejorar. Fácilmente puedes dejarte llevar por la felicidad de estar bien y pensar la típica frase de “por una vez no pasa nada”. Sí que pasa, pero tampoco te martirices. La clave es no minimizar las recaídas y poder llevarlas a terapia a fin de analizar la situación. Tener en cuenta que sí has recaído pero que no supone tu perdición. Las recaídas se entienden como un proceso natural en la recuperación de una adicción, cuya mejoría se observa cuando éstas se van espaciando cada vez más en el tiempo.
  7. Recuerda que SÍ te puedes recuperar. No lo olvides nunca y tenlo presente. Aunque recaigas, aunque lleguen épocas difíciles y donde te sientas más vulnerable, ten el optimismo y la fuerza para tirar adelante. Si otros han podido, tú también. Así que olvida la idea de “yo soy diferente” o “yo no podré” porque es totalmente falso: del mismo modo que todos podemos caer, todos nos podemos levantar.