jueves, 24 de mayo de 2012

Mi Pareja no Sabe lo que me Gusta


Esta es una de las quejas que escucho con mayor frecuencia en mi consulta de pareja.    
Y si bien está relacionado con un aspecto de comunicación, realmente el punto de partida va más allá… 

¿Sabes tú lo que te gusta?  ¿Qué te da placer y qué no?   ¿Dónde te gusta más que te toquen y qué te desagrada?  ¿Qué partes de tu cuerpo disfrutas que te acaricien y cuáles no?  ¿Sabes cómo te gusta más que te acaricien?  Suavecito o tal vez un tanto más fuerte… como si te sobaran o con pequeños toques con las yemas de los dedos?  ¿Te gustan los masajes?  ¿Te gusta que te huelan o te laman?   ¿Sabes lo que disfrutas de tu pareja?

Y más aún… ¿Te das a placer a ti mism@?  ¿Te acaricias?  ¿Te complaces?  ¿Te masturbas? ¿O tal vez te han enseñado que complacerte y masturbarte es “malo” o “pecaminoso”? ¿Quizás piensas que si compartes en pareja no tienes porqué masturbarte? ¿O que eso es para los adolescentes? ¿O quizá aprendiste que la masturbación no es realmente sexo?  

Son muchas las creencias que puede haber detrás de tu dificultad para conocer lo que te gusta, complacerte y darte placer a ti mism@... 
En el artículo El autoerotismo o masturbación  Marianne Leyton nos dice: "… la masturbación te ayuda a reconocer y apreciar tu cuerpo y tu sexualidad como parte integral de ti mismo. Te permite además explorar y conocer tu cuerpo y sus reacciones sexuales. Al darte placer a ti mismo te das permiso para aceptar sentir placer y para conectar con la expresión más genuina de tu sexualidad, que consiste en proveerte de placer a ti mismo, en la intimidad de tu propia presencia. Implica un acto de valorarte, de honrar tu cuerpo y la disposición para atender sus necesidades con amor y respeto.
Y ahora viene la segunda parte…  Si sabes lo que te gusta… ¿Qué te impide expresarlo?  Y si lo haces, ¿cómo lo estás expresando?

¿Tienes idea de cuáles son tus creencias en lo que se refiere a tu sexualidad que puedan dificultarte decirle a tu pareja lo que te gusta? 

Tal vez te enseñaron en tu familia que las mujeres tienen un rol más bien pasivo en las relaciones sexuales, o que una mujer “decente” no hace algunas cosas en cuanto a sexo y muchísimo menos se lo pide a su pareja…  Tal vez te de pena decirle a tu pareja lo que quieres y lo que te gusta… Puede que le digas a tu pareja lo que te disgusta en el momento de la intimidad y se sienta herid@ u ofendid@ y comience una discusión… Y tu pareja seguirá ciega y tratando de adivinar lo que quieres, mientras l@ culpas…  

Una forma de comunicarte con tu pareja sobre tus preferencias, una vez que las conoces y te has dado placer a ti mism@ es buscar una ocasión para conversar diferente al momento de las relaciones sexuales… un momento de tranquilidad y de conocimiento mutuo y no de reclamo… una conversación sobre las preferencias sexuales de cada uno, en la que ambos acuerden escucharse y expresarse de manera abierta…


Puedes incluso si lo deseas, conversar sobre esas creencias que te puedan estar dificultando expresarte… ambos conscientes de que se están abriendo y mostrándose tal cual son, sin juicio y reconociéndose mutuamente, apreciando lo que en este momento son, dándose el permiso de equivocarse y probar y descubrir juntos.