domingo, 14 de diciembre de 2014

Mi Regalo de Navidad

No se me ocurre mejor regalo de navidad que compartir contigo este video titulado "Venezuela Empieza por Ti".



Frente a ti, y en todo momento, tienes la oportunidad de poner tu grano de arena porque nuestro país sea cada vez mejor... 

Es tu decisión...


domingo, 12 de octubre de 2014

Tips para una Discusión Efectiva en Pareja

Una discusión con tu pareja puede detonarse producto de un reclamo, una diferencia de opinión, o un malentendido, que te cause incomodidad o incluso rabia.  También pudiera originarse de malestares (tristeza, rabia, dolor)  que hayas venido "tragando" y acumulando, paradójicamente, para evitar los conflictos con tu pareja. 

¿Cuáles podrían ser señales de que una discusión va por mal camino?

Cuando una discusión va por mal camino puedes darte cuenta de distintas maneras. Algunas señales serán de tipo físico y otras pueden ser emocionales o incluso cognitivas.   Por ejemplo, puede que empieces a notar un cambio en la expresión de tu pareja o que te sientas con rabia o con tristeza, puedes incluso sentir malestar físico.  

Las Señales de tu Cuerpo: ¿Y de qué puedes estar pendiente tú en tu cuerpo, que te pueda indicar que la discusión va por mal camino?  El rostro y el cuello  los sientes y/o ves tensos en tu pareja, tal vez en las comisuras de los labios, o el cuello estirado o con las venas marcadas, el ceño fruncido, la expresión de los ojos dura, la frente arrugada o con las venas marcadas, las aletas de la nariz infladas… También puede que observes las manos con los puños cerrados, los hombros tensos.   Puede que sientas un malestar en la boca del estómago, que puede ser indicativo de emociones como rabia o miedo.  También puedes sentir una presión en el pecho o en la garganta, que te puede indicar que no estás expresando lo que sientes o lo que quieres. Una vez que identifiques la sensación física, puedes darte cuenta de cuál es la emoción que sientes en el lugar…

Ofensas e Insultos: Otra alerta es que alguno de los dos o ambos se estén diciendo cosas ofensivas, en un tono ofensivo, o que alguno o ambos estén utilizando algún sarcasmo.  Por ejemplo  aun cuando ambos estén usando el mismo tono bajo de voz puede que uno de los dos diga, incluso en secreto: “¡Aa aaachú! - Salud. - Gracias, es que soy alérgico a las mentiras…”    Los insultos no tienen que ser necesariamente groserías o malas palabras.  Pueden ser por ejemplo expresiones como “No sirves para nada”, “Eres un embustero de pacotilla”, “De ti se puede esperar eso y más”, No confío ya en ti ni para ir a la esquina”… A eso le siguen las malas palabras, de las cuales no daremos ejemplos.  




Subir el Volumen: Otra señal de alerta muy importante es que uno o los dos hayan subido el volumen de la voz.  Ello es una señal clara ya de violencia y maltrato al otro.  Después de esta señal viene golpear las cosas, como las mesas, la pared, las ventanas, dar patadas… y por último cuando ya la situación está total y absolutamente fuera de control, golpear al otro.




¿Cómo puedes manejar una discusión para que resulte efectiva y nutritiva para ambos?

Identifica tu Emoción: Lo primero es identificar qué sientes en relación a lo que sucede.. ¿Es rabia?, ¿Es miedo?, ¿Es tristeza? ¿Es dolor? Una vez que te das cuenta de lo que sientes, entonces es importante que identifiques qué específicamente es lo que te hace sentir así y cuál es tu necesidad.    Por ejemplo si están teniendo una discusión porque habían quedado en cenar juntos y él o ella llegó muy tarde y no te avisó, pregúntate qué es lo que te da rabia o la emoción que tengas… Es que haya llegado tarde? ¿O es que no te haya avisado?   Una vez que ya tienes claro lo que sientes y qué es lo que te lo causa, entonces se lo puedes expresar a tu pareja…  Ejemplo:  María o Pedro,  que hayas llegado tarde a la cena hoy me da rabia o dolor o tristeza (la emoción que sea)… ó María o Pedro que no me hayas llamado para avisarme que no ibas a llegar a la cena que habíamos acordado me da …rabia, dolor, tristeza (la emoción que sea)…

Saber qué Necesitas: Habiéndote dado cuenta de lo que sientes, es necesario que cada uno identifique cuáles son sus necesidades en relación al tema y pedirlas de manera clara y amable.   Recuerda que ni tú ni tu pareja son adivinos. 

Escucha Activamente: Otra característica fundamental que debe tener una conversación efectiva en pareja, es que ambos  se escuchen de manera activa.  Para ello es importante que ambos estén dispuestos a no interrumpir al otro mientras habla.  También en este caso, pueden utilizar una herramienta muy útil que les permitirá confirmar con su pareja que lo que escucharon es lo mismo que ésta quiso decir: el parafraseo… Ejemplo: Tu pareja dice:  No estoy de acuerdo con que tengamos ningún tipo de mascota porque implica una responsabilidad que no quiero asumir y ensucian mucho… Tú puedes parafrasear: ¿Lo que me quieres decir es que no quieres tener ningún tipo de animalito por la responsabilidad implica y que no estás dispuesto a cuidarlo?   Tu pareja te dirá si eso fue lo que dijo o te hará el ajuste que sea necesario.  



Cíñete al Tema:   No digas frases generales catastróficas del tipo “esto se acabo” "es imposible vivir contigo"..  Evita "atacar" a tu pareja y céntrate en el problema, no en la persona. 

Conversa, no Compitas: ¿Cuál es tu necesidad de comprobar que tienes la razón?  ¿Cuál es tu necesidad de parecer perfecto?  Recuerda: Si tienes esta necesidad es probable que te sientas insegur@ y entonces necesitas probar al otro y a ti mismo, que sí sabes.    La conversación no es una competencia a ver quién gana.  Es necesario que ambos estén dispuestos a darle la razón a su pareja cuando la tenga y a buscar acuerdos.  Una conversación, un diálogo no es una lucha de poderes ni una comprobación de que “yo soy mejor que tú porque tengo la razón o de que tú eres menos que yo porque estás equivocado.  Ninguno de los dos es perfecto. 



Llega a Acuerdos: Para llegar a acuerdos, una sugerencia es que identifiquen cuáles son los puntos que tienen en común y puedan comenzar de esa manera a llegar a algunos puntos de acuerdo y luego paulatinamente pueden ir identificando puntos en los cuales haya algunos aspectos comunes y algunas diferencias con las cuales puedan negociar… Eso va facilitando el camino para la negociación de los puntos de total desacuerdo…  Recuerda que esto no es un campo de batalla, es una conversación y es necesario que ambas partes estén dispuestas a flexibilizarse para encontrar una solución positiva.   Una vez que vayan encontrando puntos de acuerdo, identifiquen al menos una acción a tomar por cada acuerdo, quién será el responsable de realizar la acción y la fecha para lo cual la realizará.  De esa manera las soluciones tendrán un resultado concreto y no se quedarán en el papel y surgirán seguramente más adelante en el tiempo. 




martes, 5 de agosto de 2014

Después de las Mariposas y las Estrellitas

Después del período de enamoramiento o luna de miel, que tiene una duración variada, viene una segunda etapa, que me gusta denominar “Después de las Mariposas y las Estrellitas”, de la que te das cuenta cuando ocurre “algo” en la relación, es decir que uno, o los dos, hacen algo que hiere al otro, y dejan de ver todo “color de rosa”.  

Ha pasado el apasionamiento y ahora la relación es más “compañera” y rutinaria.  

Ambos comienzan a mirarse el uno al otro como seres autónomos, ya no están “pegados”, en confluencia, como si fuera un solo ser.  Ya no ven estrellitas cuando se besan.  Ya no ven a ese ser “perfecto” que veían antes, sino que comienzan a darse cuenta que su pareja es un ser humano con virtudes y fortalezas, y también con algunos aspectos negativos, que les disgustan.  Esto trae como consecuencia, que comiencen a tratar algunos temas que no veían o reprimían quizá por miedo a la discusión o al conflicto.

Esta segunda etapa le presenta a la pareja el reto de quedarse y no salir corriendo frente a las situaciones desagradables o desacuerdos.  Es probable que haya drama, llantos, a veces gritos ante los desacuerdos. Empiezan a darse cuenta que la comunicación con su pareja ya no fluye como antes, que no pueden quedarse callados ante las cosas que les molestan, como solían hacerlo en la etapa de enamoramiento, y no saben cómo hacerlo de manera "efectiva".

Comienzan a verse en el espejo que es su pareja, y no les gusta la imagen que ven. Piensan que esa imagen que están viendo es el otro, cuando en realidad cada uno se ha convertido en espejo para el otro, lo que quiere decir que esa imagen que están viendo, no les gusta, y es fea, es su propia imagen.  El reto aquí está en darse cuenta y aceptar que esa imagen fea es la suya y no la de su pareja.

Yehuda Berg, en su libro, Reglas Espirituales de las Relaciones, plantea una pregunta clave que debe hacerse la pareja en esta etapa: ¿Puedo respaldar a esta persona que se encuentra frente a mí?  Y cuando nos hacemos esta pregunta, es necesario estar claros en que ya no se trata de aquélla imagen idealizada que teníamos de nuestra pareja, durante la etapa de enamoramiento, sino de la persona real de "carne y hueso" que tengo frente a mí y con quien comparto la cama, el baño, la preparación de la comida, lavar los platos, lavar la ropa, el carro ... ¿Puedo respaldar a esta persona que se encuentra frente a mí?  Es necesario ser honestos… Si tu pareja viaja todo el tiempo y no está contigo todas las noches, necesitas preguntarte si estás dispuest@ a vivir de esta manera, o si es policía y se enfrenta al peligro constantemente, necesitas preguntarte si puedes respaldarl@ aun cuando l@ necesitas en casa por las noches…Si es consultor y está muchas horas trabajando en clientes y no comparten el tiempo que esperabas... o es artista y canta por las noches y tiene cada vez más fans y te sientes celos@...

Si tu respuesta a esta pregunta es "sí", esta etapa es una real oportunidad para el crecimiento individual y el de la pareja.  Es el momento de darse cuenta del deseo real, que va más allá del apasionamiento y sentar las bases de la pareja. En esta etapa la pareja tiene la oportunidad de aprender a mostrar y distinguir la individualidad y diferencias entre ambos y encontrar una forma de llegar a acuerdos, establecer planes y respaldar al otro, tal como es y no como creía que era…

En esta segunda etapa pudieran surgir diferencias relacionadas con los objetivos como pareja, y su relación con los objetivos personales de cada uno.  Es probable que no tengan un plan de vida claro como pareja y este hecho traiga como consecuencia numerosos conflictos por que cada uno está yendo en una dirección diferente (generalmente no son conscientes de esta situación).  

En esta etapa quizá comiencen a surgir desacuerdos relacionados con el rol que le corresponde a cada uno y las actividades y “derechos y responsabilidades” de cada uno en la relación.  Esto incluye generalmente temas logísticos como por ejemplo quién cocinará, quién será el responsable de lavar la ropa, o de fregar los platos, o de hacer los pagos… El tema de cómo se repartirán las tareas de la casa…

Pueden hacerse evidentes diferencias de creencias que no sabían que tenían.  Pueden ser creencias no sólo sobre el funcionamiento logístico de la casa, sino sobre las relaciones con los amigos después de que están viviendo juntos, o sobre la diversión juntos, o el espacio personal y de pareja, sobre el sexo (frecuencia, gustos, juegos),  la fidelidad, la privacidad de cada uno (compartir o no las claves del facebook, celular, correo electrónico) o los celos, o el momento de tener hijos y la posterior responsabilidad...

El embarazo, si se da en esta etapa, y el posterior nacimiento de los hijos, trae consigo nuevas presiones y con frecuencia sucede que uno a ambos miembros de la pareja ponen en segundo plano su relación como pareja y en primer plano su rol como mamá y papá.  Durante los primeros meses la madre pasa por un cambio profundo y con cierta frecuencia he escuchado en consulta que se quejan porque su pareja no la ayuda lo suficiente.  Por su parte, el hombre, también siente presión debido a su rol proveedor de la familia, y con alguna frecuencia comienzan a trabajar más para poder cumplir con lo que considera es su responsabilidad. 



Poner la relación con su pareja en un segundo plano, pudiera ser pasajera o pudiera instalarse como una forma fija de relacionarse, ahora como padres.  Esto no es consciente, y será sólo cuando uno de los dos comience a sentir alguna molestia, como por ejemplo que no tienen relaciones sexuales ni con la misma frecuencia, ni con la misma entrega, ni con el mismo placer de antes o tal vez que siente que el otro no se ocupa ni de sí mism@ ni de él/ella… Puede que ya no hagan ejercicio, ni salgan juntos, ni tengan actividades individuales que les den placer… Y esto va creando una tensión que puede desencadenar una crisis de pareja… 

Cada pareja encontrará su propia manera de vivir y superar esta etapa.  No hay recetas.  Lo primero, como mencioné, es responderte la pregunta:  ¿"Puedo respaldar a esta persona por el resto de mi vida?  Si la respuesta es "sí", entonces viene la segunda parte: ¿Cómo?  Y aquí hay múltiples opciones.  Hay algunos que se centran en el aspecto sexual, otros en los planes como pareja, otros en la comunicación, otros en las creencias, otros en compartir placer y pasatiempos que fortalezcan la relación ... Y la verdad es que ninguna de estas opciones tiene porqué ser excluyente.

En mi experiencia, en esta etapa, es importante estar abierto a abordar a la pareja, abrir espacios de conversación, en los cuales puedan profundizar su conocimiento mutuo, ya sea sobre los planes individuales y de pareja, sobre el sexo (creencias y "tapujos", frecuencia, posiciones, tipos de caricias, juegos y juguetes, masturbación y cualquier otro tema que surja), los placeres individuales y conjuntos, las labores del hogar, los hijos... e incluso sobre las maneras de resolver las discusiones y los conflictos... 


En mi experiencia un buen punto de partida es identificar y expresar el aprecio que sientes por el otro (sin lentes color de rosa)... En todas las situaciones, hasta en las peores crisis, siempre hay algo que puedes apreciar del otro... Así que diría que la primera meta pudiera ser expresarle sentimientos de aprecio y agradecimiento a tu pareja... Si lo tomas como una práctica cotidiana, puedes expresarle a tu pareja cada día, un aspecto que aprecies de ella... Y si están en un momento de desacuerdo, pueden buscar, en ese momento, un aspecto que aprecie cada uno del otro y expresarlo...  El aprecio, como pude aprender, con mi querida maestra Elaine De Beauport, es una chispa de amor y la puerta de entrada del entendimiento y el acuerdo...


lunes, 30 de junio de 2014

Cuando el Sí Quiere Decir No

Los límites definen y expresan nuestra identidad, brindan una definición de lo que corresponde y no corresponde y de lo que somos o no somos responsables.

“Los límites existen para regular el funcionamiento y desarrollo de todo organismo vivo.  El venezolano nacido y criado en la ausencia y en la confluencia, criado en la dualidad y en la confusión, no distingue límites, ni los respeta, ni los establece y siente que no los necesita.  El límite separa, la necesidad acerca.  El límite es para los tontos, la ley es para los que no son tan vivos como yo… Cuando el venezolano decide poner límites, experimenta dificultades.  Quiere ser amado siempre, todo el tiempo, por todos.  Para ello tiene que estar dispuesto a amar a todos, siempre, todo el tiempo.  Las exigencias son para ponérselas a otro.  Pocos toleran las exigencias del otro… Molesta tener límites y también molesta no tenerlos. Lo bueno para sí, es malo para los demás.  Las restricciones molestan cuando se las ponen a él, pero son una maravilla cuando él las establece.” (Manuel Barroso. Autoestima del Venezolano)

Y esta falta de límites, o siendo optimistas, esta dificultad para establecerlos, la observo a diario, en consulta y fuera de ella, en la calle, en nuestra vida cotidiana.  

Esta ausencia de límites la escucho cuando una pareja cuenta que se fueron de vacaciones y uno de ellos reporta que la pasó de maravilla y el otro dice que en realidad nunca quiso ir… y cuando exploro resulta que desde un comienzo éste último quería ir a otra parte y en lugar de expresarlo al momento, prefirió callar… O cuando uno de los miembros de la pareja le propone “hacer el amor” y el otro miembro de la pareja accede, aun no queriendo… Incluso, cuando han estado a punto de separarse por desavenencias que parecen irreconciliables para alguno de los dos y por presión del otro, termina continuando en la relación, a pesar de que no lo desea… y el caso del miembro de la pareja que en un arranque de ira e imposición, insulta, grita y/o agrede físicamente a su pareja, y ésta se lo permite…  



Estos son sólo algunos pocos ejemplos de transgresión de límites que vemos en consulta y estoy segura de que tú en tu vida cotidiana, e incluso en la calle, a plena luz del día, también te encuentras con situaciones en las que alguno no puso límites y otro los transgredió… Por ejemplo cuando el típico abusador se colea en el tráfico o en una cola del supermercado, o cuando un motorizado (perdón por los motorizados decentes que no lo hacen) le da una patada a tu carro ya sea para agarrar impulso o porque le estorba en su carrera y la otra persona por miedo no hace ni dice nada…

Detrás de un “Sí” que realmente quiere ser un “No” encontramos un ser inseguro, que no sabe quién es ni qué quiere, ni individualmente ni en pareja. Lo que vemos es un ser desvalorizado desde su familia de origen, y ahora por sí mismo y por su pareja, un ser que está buscando desesperadamente que lo quieran, sin darse cuenta de que no se quiere a sí mismo, que teme ser abandonado y que no se atreve a abandonar, sin darse cuenta que también se ha abandonado... Un ser que está buscando pertenecer a algo o a alguien: su pareja… un cuerpo desgarbado, que no se atreve a mirar hacia arriba, que trata al mismo tiempo de pasar desapercibido y que lo tomen en cuenta, un cuerpo que se siente débil y pequeño, aunque sea monumental… Un cuerpo que aguanta y traga.  Un ser que está constantemente repitiéndose “No puedo”, “Me asusta”, y  preguntándose ¿Y si no me quiere?  “¿Y si me deja? 

Con el tiempo, paradójicamente, este Sí que quiere ser No, ya cansado de tanto tragar y de ser invisible hasta para sí mismo, se mostrará en ataques de ira y maltrato al otro (verbal, psicológico y por último físico) iguales a los que ha venido sufriendo durante años, por parte de su pareja… 



Por otro lado, aunque parezca extraño, ese miembro de la pareja que maltrata, al igual que su compañero(a), es un ser inseguro, probablemente celoso por su misma inseguridad, con grandes dificultades para expresar sus sentimientos, e incapaz de ponerse límites… Un ser que exige al otro sin parar, y cuando no recibe lo que quiere, es capaz de tomarlo del otro, aunque sea a la fuerza… Un cuerpo rígido, que mira desde arriba, con una voz fuerte, un cuerpo que se siente fuerte e invencible, con el pecho hacia afuera cuando se quiere imponer… Y al mismo tiempo un ser que, cuando escuchamos su historia, ha sido abandonado por su padre (es la situación más común en las historias de nuestros consultantes), o proviene de una familia en la cual sus padres se relacionaban desde la violencia, o en la cual uno de los padres es rígido hasta el extremo, impositivo y el otro es sumiso y complaciente…

Así que ambos miembros de estas parejas comparten una base común: la desvalorización, la inseguridad y la poca autoestima, que los lleva, ya sea a aceptar de manera sumisa lo que el otro impone, o a tapar su inseguridad, a como dé lugar, con la imposición el control, los celos y la ira.

En mi experiencia, tanto en consulta atendiendo parejas, como en mi vida, me doy cuenta de que los venezolanos son afectuosos, tiernos, algunos zalameros, con mucha necesidad de hablar de sí mismos, y por ende, con poca capacidad para escucharse a sí mismos y mucho menos al otro, necesitados de ser tomados en cuenta, aunque al mismo tiempo sean descentrados, se queden pegados en el  pasado, sintiéndose abandonados y con un profundo temor a quedarse sol@s. Una de las frases más comunes en consulta, luego de una retahíla de situaciones que hace sentir obstinad@ a uno de los miembros de la pareja, cuando preguntamos: “Y qué te mantiene allí?”, es “Me da miedo quedarme sol@”.... 
  
Los venezolanos gastan grandes cantidades de energía en mostrarse ante el otro, incluso la pareja, como si no necesitara nada… Y aquí surgen las grandes paradojas, que vemos con cierta claridad en la consulta en pareja: “mientras más l@ complazco más se aleja”, “cuando me abro, me cierro”, “mientras más me acerco, más se aleja”.   

Lo que encontramos en la base de estas relaciones de pareja en Venezuela, es la falta de contacto, y la violencia se produce precisamente, cuando no hay contacto, ni físico, ni emocional, ni mental, ni espiritual.

Confirmamos día a día, de acuerdo con Manuel Barroso, cómo  “la violencia no es un síntoma pasajero… no nació por generación espontánea, es expresión auténtica del abandono, del resentimiento por el maltrato y de la desconfianza que mata nuestras relaciones más íntimas...”  
  
Mi trabajo terapéutico es en el presente, con la situación “sin límites” de la actualidad con la pareja, con cada uno de los miembros de la pareja, explorando y dándose cuenta, de dónde sienten el dolor ante el rechazo de su pareja, o la rabia frente a la paralización del(a) compañero(a), tomando conciencia del tarugo en la garganta cuando quiere expresar lo que siente, y gana la vocecita que le dice que lo trague para evitar problemas  para no herir al otro…  

Y es que, conforme a la Gestalt y también según Levine, “cuando aprendemos a estar presentes, el pasado carece de importancia; cada momento se convierte en un momento nuevo y creativo.  Sólo tenemos que superar nuestros síntomas actuales y proceder. Porque desde el presente, según Levine, "el momento curativo corre hacia adelante y hacia atrás.” 


sábado, 19 de abril de 2014

calle Y diálogo

Cuando nos formamos para ser terapeutas Gestalt una de las primeras cosas que aprendemos es a identificar las dicotomías (me quiero separar-l@ quiero; quiero renunciar a mi trabajo-la estabilidad es importante para mí) y aprendemos que mientras la persona no resuelva su dicotomía no es posible que pueda decidir... 

Es como tener un angelito y un diablito, cada uno a un lado de nosotros, y cada uno halando tratando de convencernos ... 



Y hasta tanto no los integremos, no será posible decidir, ya que a cada intento por hacerlo saldrán los dos extremos, cada uno a tratar de que yo me vaya hacia allá en mi decisión...

Así es lo que está ocurriendo en este momento dentro de la oposición en Venezuela:  Calle o Diálogo... 

Desde hace varios años soy una mujer de diálogo, por decisión,después de haber sido mujer de protesta no violenta activa en la calle... y ahorita, a medida que han ido pasando las semanas he sentido cada día más la fuerza de la duda: ¿será que apoyo la calle?  ¿no es acaso contradictorio? ¿será suficiente con aportar desde lo que sé, apoyando y acompañando a la gente, a resolver temas de violencia, de ira, de miedo...de  acuerdo a lo que considero es mi misión?...Mientras mi angelito y mi diablito están constantemente hablándome.



Hoy leí el artículo de Fausto Masó "No Hay Salidas Milagrosas" y me doy cuenta de que necesito encontrar la forma de integrar en mí estas dos posiciones... Una manera mía, propia, que no tiene porqué ser igual a la de nadie más... la única condición es que me sienta satisfecha y por supuesto que aporte... 

Me he preguntado todas estas semanas si todos necesitamos estar en calle y en diálogo... o si a algunos les toca calle por elección y a otros el diálogo por elección... y no lo sé.  

Lo que sí sé es que la aceptación y el respeto por el otro y su posición distinta a la mía parte de la aceptación, respeto  e integración de mis extremos... Sólo así podré estar list@ para reconocer y respetar al otro, con quien me encontraré en el medio, donde se integran los extremos... y donde realmente tenemos fuerza... 

Ahora entiendo la frase de Bolívar:  "En la unión está la fuerza"... La fuerza dada por la unión, producto de la integración de los extremos:  

calle Y diálogo


martes, 25 de febrero de 2014

La Paz es Acción Congruente

Señor Maduro dé una muestra de que en realidad está dispuesto a dialogar, de que en realidad quiere paz...


Dé la orden a la Guardia Nacional Bolivariana para que cese la represión, para que cesen los ataques injustificados contra la población a la que se supone sirven (igual que usted por cierto) y cesen las detenciones a estudiantes que están luchando por sus derechos (como alguna vez usted también hizo) y por sobre todas las cosas, que cesen los muertos, el maltrato y la tortura a los detenidos y la consiguiente violación contra los derechos humanos tanto de los detenidos como de toda la población. 


La paz de la que tanto habla Sr. Maduro no se le exige al otro, no se alcanza inventando días feriados para evadir la situación, ni organizando encuentros musicales, mientras no escucha las protestas a nivel nacional, tampoco se pregona asumiéndose usted como el pacífico, aprovechando cualquier oportunidad para llamar al otro, con un pensamiento distinto al suyo, fascista, terrorista, asesino, pitiyanqui, vende patria y pare usted de contar. 

La paz Sr. Maduro no es bailar salsa mientras hay familias que están sufriendo el asesinato de un(a) hij@ en manos de la Guardia Nacional Bolivariana de la cual es usted comandante en jefe y los colectivos armados que su gobierno aúpa. 

La paz Sr. Maduro no es llamar a una Conferencia de Paz sin tomar ninguna acción para que ese la represión y la agresión a la ciudadanía.   

Todo esto Sr. Maduro son formas de violencia y no de paz.

Usted siempre habla de que es un hombre de familia.  Sólo imagine que alguno de esos jóvenes que ha resultado herido, vejado, torturado, violado por la Guardia Nacional Bolivariana o incluso muerto, fuera efectivamente su hijo o alguno de los hijos de su esposa (ni Dios lo quiera). 

Sólo por un segundo Sr. Maduro, póngase en el lugar de las tantas madres que han perdido sus hijos no sólo en esta situación, sino a manos del hampa cada día.  Sólo por un segundo póngase en el lugar de cada uno de los que salimos a la calle a trabajar con el alma en un hilo porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar y si regresaremos vivos.  Salga un día sin escoltas y pruebe a ver cómo se siente la indefensión que sufrimos todos, todos los días.

Sr. Maduro usted habla de que se abre al diálogo e inmediatamente agrega que el diálogo tiene sus condiciones.  Sr. Maduro el diálogo no es posible poniéndole condiciones al otro y mucho menos descalificaciones a la otra parte.  El diálogo no es posible roncando los motores del insulto, la represión mediante los cuerpos armados de la revolución, la vejación  y la muerte de aquel con quien supuestamente quiere dialogar.

Recuerde que usted desde el cargo que en este momento ostenta, realmente está al servicio de todo el país.

Escuche el clamor de los millones de personas que le están pidiendo seguridad personal y familiar, alimentos (aceite, harina de maíz, leche, pañales, azúcar, pollo…), desarme de los colectivos armados, empleo, escuelas para los niños, transporte, hospitales abastecidos para poder atender a la población, medicamentos (desde anti-gripales hasta los medicamentos contra el cáncer, la diabetes, el VIH y otras enfermedades).

Lo he escuchado hablar con los trabajadores del Metro de Caracas  sobre cómo usted (en su calidad de presidente obrero) sí sabía lo que era estirar el sueldo cada quincena para poder ir al mercado, pagar el colegio de los niños, la luz (cuando tenemos), el teléfono, el agua y todas las necesidades primarias que tenemos todos.

Sólo por un día viva como el común de los mortales venezolanos sin escoltas y con el sueldo promedio de un trabajador del Metro, haga las colas para comprar leche, harina PAN, remedios, papel higiénico, pollo, maneje en las calles expuesto a que un motorizado lo atraque en una cola, o haga horas de cola para montarse en un carrito o en el autobús y que a lo mejor también lo atraquen allí… y entonces podrá decir que en realidad sabe lo que es estirar la quincena y vivir la zozobra con la que vivimos los venezolanos todos los días.

Sr. Maduro dé una muestra de buena voluntad y tome acción: 
  1. Dé la orden a la Guardia Nacional Bolivariana para que cese la represión a los ciudadanos de distintas ciudades del país y abra una investigación seria sobre los asesinatos, los maltratos y la torturas 
  2. Comience el desarme de los colectivos armados, 
  3. Libere a los presos políticos y 
  4. Deje de insultar y agredir a todo aquel que no piensa como usted y utilice un lenguaje de paz…
Sólo entonces podrá hablar de su disposición a dialogar y abrir el camino hacia la paz. A usted como Presidente le toca dar el primer paso tomando una acción que abra la puerta del diálogo.