Señor Maduro dé una muestra de que en
realidad está dispuesto a dialogar, de que en realidad quiere paz...
Dé la orden a la Guardia Nacional
Bolivariana para que cese la represión, para que cesen los ataques injustificados
contra la población a la que se supone sirven (igual que usted por cierto) y
cesen las detenciones a estudiantes que están luchando por sus derechos (como
alguna vez usted también hizo) y por sobre todas las cosas, que cesen los
muertos, el maltrato y la tortura a los detenidos y la consiguiente violación
contra los derechos humanos tanto de los detenidos como de toda la
población.
La paz de la que tanto habla Sr. Maduro
no se le exige al otro, no se alcanza inventando días feriados para evadir la
situación, ni organizando encuentros musicales, mientras no escucha las protestas
a nivel nacional, tampoco se pregona asumiéndose usted como el pacífico, aprovechando
cualquier oportunidad para llamar al otro, con un pensamiento distinto al suyo,
fascista, terrorista, asesino, pitiyanqui, vende patria y pare usted de contar.
La paz Sr. Maduro no es bailar salsa
mientras hay familias que están sufriendo el asesinato de un(a) hij@ en manos
de la Guardia Nacional Bolivariana de la cual es usted comandante en jefe y los
colectivos armados que su gobierno aúpa.
La paz Sr. Maduro no es llamar a una
Conferencia de Paz sin tomar ninguna acción para que ese la represión y la
agresión a la ciudadanía.
Todo esto Sr. Maduro son formas de
violencia y no de paz.
Usted siempre habla de que es un hombre
de familia. Sólo imagine que alguno de esos jóvenes que ha resultado
herido, vejado, torturado, violado por la Guardia Nacional Bolivariana o
incluso muerto, fuera efectivamente su hijo o alguno de los hijos de su esposa (ni
Dios lo quiera).
Sólo por un segundo Sr. Maduro, póngase
en el lugar de las tantas madres que han perdido sus hijos no sólo en esta
situación, sino a manos del hampa cada día. Sólo por un segundo póngase
en el lugar de cada uno de los que salimos a la calle a trabajar con el alma en
un hilo porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar y si regresaremos
vivos. Salga un día sin escoltas y pruebe a ver cómo se siente la
indefensión que sufrimos todos, todos los días.
Sr. Maduro usted habla de que se abre
al diálogo e inmediatamente agrega que el diálogo tiene sus condiciones. Sr. Maduro el diálogo no es posible
poniéndole condiciones al otro y mucho menos descalificaciones a la otra parte. El diálogo no es posible roncando los motores
del insulto, la represión mediante los cuerpos armados de la revolución, la
vejación y la muerte de aquel con quien
supuestamente quiere dialogar.
Recuerde que usted desde el cargo que
en este momento ostenta, realmente está al servicio de todo el país.
Escuche el clamor de los millones de
personas que le están pidiendo seguridad personal y familiar, alimentos
(aceite, harina de maíz, leche, pañales, azúcar, pollo…), desarme de los
colectivos armados, empleo, escuelas para los niños, transporte, hospitales abastecidos
para poder atender a la población, medicamentos (desde anti-gripales hasta los
medicamentos contra el cáncer, la diabetes, el VIH y otras enfermedades).
Lo he escuchado hablar con los
trabajadores del Metro de Caracas sobre
cómo usted (en su calidad de presidente obrero) sí sabía lo que era estirar el
sueldo cada quincena para poder ir al mercado, pagar el colegio de los niños,
la luz (cuando tenemos), el teléfono, el agua y todas las necesidades primarias
que tenemos todos.
Sólo por un día viva como el común de
los mortales venezolanos sin escoltas y con el sueldo promedio de un trabajador
del Metro, haga las colas para comprar leche, harina PAN, remedios, papel
higiénico, pollo, maneje en las calles expuesto a que un motorizado lo atraque
en una cola, o haga horas de cola para montarse en un carrito o en el autobús y
que a lo mejor también lo atraquen allí… y entonces podrá decir que en realidad
sabe lo que es estirar la quincena y vivir la zozobra con la que vivimos los
venezolanos todos los días.
Sr. Maduro dé una muestra de buena
voluntad y tome acción:
- Dé la orden a la Guardia Nacional Bolivariana
para que cese la represión a los ciudadanos de distintas ciudades del país
y abra una investigación seria sobre los asesinatos, los maltratos y la
torturas
- Comience el desarme de los colectivos armados,
- Libere a los presos políticos y
- Deje de insultar y agredir a todo aquel que no
piensa como usted y utilice un lenguaje de paz…
Sólo
entonces podrá hablar de su disposición a dialogar y abrir el camino hacia la
paz. A usted como Presidente le toca dar el primer paso tomando una acción que
abra la puerta del diálogo.
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