Es la segunda vez que me
llega un "performance" de Marina Abramovic.
No dejo de sorprenderme y
admirarme ante su capacidad de conexión y su constante exploración de sus
límites y los de los demás, y darme cuenta de los míos .
En
el primer "performance", aparece en una silla frente a una mesa vacía con otra silla
en la que se va sentando en periodos de verios minutos, cualquier persona del
público…
Sin pestañear se mantiene
allí observando una persona tras otra, hasta que se sienta frente a ella, después de 23
años, su antiguo amor…
Permanece en silencio,
conmovida y sus ojos se humedecen, en contacto con su inmenso amor, su
nostalgia, su deseo, su tristeza, su emoción, su cuerpo... de pronto estira y le ofrece a él sus manos con todo su ser, en contacto consigo
misma y con él, expresando su sentir... separan sus manos y su amor se
retira… ella se queda… movida por su emoción frente a la mesa vacía,
esperando la llegada de una nueva persona.
¿Conozco mis límites en el
amor?
Hasta dónde soy capaz de llegar
por el amor y qué soy capaz de abandonar?
¿Me abandono o me pongo límites y se los pongo al otro? ¿Ante qué soy
capaz de flexibilizar mis límites?
¿Cómo me expreso cuando
estoy obviamente invadida por mi sentir?
¿Me doy permisos ante el
amor? ¿He amado? ¿Me han amado? ¿Me amo?
¿Me reconozco en mis
limitaciones y en mis límites, conectada con mi corazón y con el corazón del
otro?
El segundo "performance" dura
seis horas. La artista le dice al público que no se moverá durante seis horas y
que pueden hacer lo que quieran con ella.
En una mesa cercana coloca
72 objetos que pueden utilizar de cualquier manera, destructiva o placentera,
desde flores, plumas, fotos, marcadores, cadenas… hasta cuchillos y una pistola
cargada.
Fotografía de Marina
Abrimovic
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Ella
se mantiene sin moverse, cual maniquí, recibiendo placer, dolor, irrespeto,
violencia... la violencia de los demás.
En un principio la gente es
sutil, suave, tímida tal vez y a medida que van colocando objetos en el cuerpo
de la actriz, pintándola a ver qué pasa, pinchándola, cortándola, se van
poniendo cada vez más violentos, hasta el punto de apuntarle con una pistola a
la cabeza…
Al pasar las seis horas, tal
como está pautado, termina el "performance" y la actriz comienza a caminar hacia
el público, y todos huyen en desbandada, asustados, por un instante quizá
conscientes del daño que han hecho y temiendo una confrontación.
¿Me he prestado alguna vez a
ser el objeto de otra persona, al permitir que haga lo que quiera conmigo sin
poner límites, sin oponer resistencia?
¿He tolerado que otra
persona me dañe, sin pestañear siquiera?
¿He permitido que otra
persona me invada?
¿Tengo algún límite? ¿Cuál es mi límite? ¿Conozco mis límites? ¿Pongo límites?
¿Y en cuántas ocasiones he
sido yo quien, sin siquiera detenerme a pensar, he herido a otro, querido o no…
mi adversario, mi pareja, mi mamá, mi papá, algún competidor(a), amig@, queriendo
que sean como yo, imponiendo mis puntos de vista llegando incluso a la
violencia física, sin medir las consecuencias para la otra persona e incluso
para mi? o tal vez aceptando con sumisión, olvidándome de mi mism@?
Y ni qué decir de las veces
que me he hecho daño a mi mism@… Aceptando la visión del otro o acusaciones con
las que no estoy de acuerdo, con sumisión… O tal vez injiriendo comida que me perjudica,
comiendo en exceso… Complaciendo al otro y olvidándome de mí... Callando mi
rabia en lugar de expresarla, o guardando un rencor, en espera del “momento”
para sacarlo a la luz y vengarme…
Definitivamente, el arte, es
un espejo de lo que somos como sociedad y de lo que soy como persona de uno en
uno.
Sea que hieras a otro o que te
hagas daño a ti mism@, en ambos casos has perdido el contacto con tu cuerpo,
con tu emoción, con tu alma.
“Falto de
amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero”
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero”
Fritz Perls. Oración
de la Gestalt
Ser como soy, en contacto en
el ahora, conectada con mi emoción, en contacto con mi cuerpo y mi corazón.
“Ser
como somos, y convertirnos en lo que somos capaces de convertirnos...” Robert
Louis Stevenson,
En la medida que cada uno de nosotros se mantenga en contacto consigo mismo y se convierta en lo que es capaz de ser, podremos hacer contacto entre todos, como el ser integral que somos y no como objetos.
Ilustración del libro “Yo te
amo”
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Querida amiga y colega:
ResponderEliminarMuy bueno tu post, tus reflexiones y preguntas a partir de estos dos potentes performances de Marina Abramovic.
Yo los vi tambien en internet, los comparti... me impactaron...sólo faltaba tu mirada lúcida sobre ellos en este aporte...
Mil gracias y un abrazo especial,
LuisaE