¿Qué
es un ataque de pánico?
El ataque de pánico es un tipo de trastorno
de ansiedad muy intensa, acompañada de la sensación de falta de capacidad para
controlar esta reacción, e incluso la convicción de que uno puede llegar a
morir en ese momento. Uno de sus rasgos
principales lo constituyen los episodios repentinos, recurrentes angustiosos,
el nerviosismo y la crisis de angustia.
Esta crisis de ansiedad puede producirse en
diferentes situaciones y en cualquier momento. Comienza de repente y puede durar
entre 5 y 20 minutos.
Un pensamiento altamente preocupante hace
que haya hiperventilación, entonces el organismo envía una respuesta
fisiológica que libera adrenalina para responder a una emergencia.
Los criterios para diagnosticar un ataque
de pánico son los siguientes:
- Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de al menos cuatro de los siguientes síntomas:
- Palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca
- Sudoración
- Temblores o sacudidas
- Sensación de ahogo o falta de aliento
- Sensación de atragantarse
- Opresión o malestar en el pecho
- Náuseas o molestias abdominales
- Inestabilidad, mareo o desmayo
- Desrealización o despersonalización
- Miedo a perder el control o volverse loco
- Miedo a morir
- Sensación de hormigueo
- Escalofríos o sofocos
Se puede producir
en cualquier momento. De hecho la persona puede estar realizando actividades
cotidianas, cuando repentinamente siente que su corazón incrementa
su frecuencia y ritmo, su respiración se dificulta, tiene la sensación que se
va a desmayar, sensación simultánea de calor y frio, sudoración, vértigos y
experimenta la certeza que se va a morir o a volverse loco.
Según el Dr. Carlos
Basanta, médico venezolano especializado en Salud Pública,
“Realmente el ataque de pánico no es una enfermedad; es la exageración
de la respuesta natural al miedo, que por las características de pensamientos
negativos que producen, generan un círculo vicioso que aumenta los sensaciones
corporales, llegando incluso a una percepción de un entorno irreal o
desconocido que denominan los entendidos como desrealización. Aunque los
ataques obedecen generalmente a un disparador externo o interno que con mucha
frecuencia desconocemos; el peligro que ocasiona esta respuesta exagerada no es
real, ni existe el riesgo de muerte que creemos en ese momento.”
¿Qué
puedes hacer para ir controlando tus ataques de pánico?
Una
sugerencia muy importante es ir identificando los síntomas más comunes que te
produce el ataque de pánico, desde los más leves, apenas comienza el malestar,
ya que de esta manera aprenderás a identificarlos a tiempo y posiblemente esto
te ayude a que sea más leve, ya que podrás aplicar las herramientas que te
ayudarán a calmarte y superar el ataque de pánico.
Algunas
herramientas que te pueden ayudar son:
Respiración Profunda
Centra
tu atención en tu respiración. Durante
los ataques de pánico suele suceder que comienzas a hiperventilar.
La
respiración es la que controla nuestro ritmo y nuestra vida. En un ataque de pánico una de las cosas que
sucede es que se descontrola la respiración. Por eso, te sugiero que hagas el
siguiente ejercicio de respiración:
El primer paso es
expulsar todo el aire que hay en el cuerpo, sin inhalar previamente.
Para que tengas una idea
de cómo es, imagínate una comiquita a la que le sacan el aire de un
puñetazo. Para lograr ese efecto, vas a
meter la barriga lo más que puedas y dejar que la presión te ayude a expulsar
todo el aire de tu cuerpo por la boca.
Asegúrate de no inhalar
previamente. El objetivo es botar todo el oxígeno del cuerpo y dejar el cerebro
sin oxígeno. De esa manera se apagará y
se interrumpirán los pensamientos y procesos que se han activado con el ataque
de pánico. Cuando ya hayas expulsado
todo el aire vas a retener la respiración contando hasta 5. Al llegar a 5 comienza a inhalar lentamente y
una vez que estés totalmente lleno de aire, nuevamente retén la respiración
contando hasta 5 y luego vas exhalando el aire por la boca muy lentamente. Retienes hasta 5 e inhalas lentamente de
nuevo, retienes hasta 5 y expulsas el aire por la boca retienes y repites el
proceso hasta que te sientas calmado.
Si sientes
que estás respirando demasiado rápido y no puedes respirar profundamente,
respira dentro de una bolsa de papel para reducir tu ritmo de respiración.
Sostenla sobre tu boca mientras respiras, y disminuye progresivamente tu ritmo
de respiración hasta que puedas comenzar con los ejercicios de respiración
profunda.
Utiliza distracciones cognitivas
Mira a tu alrededor y
escoge algún elemento del entorno (puede ser un cuadro, un enchufe, una silla),
lo observe detenidamente y mantenga su atención en el objeto y lo vaya
describiendo detalladamente. Esto te
permitirá centrar tu atención en el presente y algo externo y te ayudará a
bajar la ansiedad.
Céntrate en tu cuerpo y relájate
Este proceso consiste en
viajar lentamente a través de tu cuerpo identificando cómo se siente cada parte
de tu cuerpo. Comienza desde los
pies. Identifica cómo se siente la
planta de tus pies en contacto con el suelo, cómo se siente el contacto con la
tela de las medias, cómo se sientes los dedos de tus pies, tus tobillos, la
pantorrilla en contacto con la tela del pantalón y luego sigues con tus
rodillas, con tus muslos, tu cadera, vientre, parte baja de la espalda… hasta
llegar a la cabeza… Esto te permite al
mismo tiempo ir relajando tu cuerpo y mantener tu mente centrada en el presente
y no en el miedo, con lo que te irá disminuyendo la ansiedad.
Visualiza un lugar relajado
Piensa en
un lugar que te haga sentir relajado y en paz. Podría ser tu hogar, tu lugar
favorito para ir de vacaciones, o simplemente estar en brazos de alguien que
amas. Al pensar en este lugar continúa añadiendo detalles a la escena, para que
así concentres toda tu capacidad en imaginarlo. Siéntete libre de hacerlo con
tus ojos abiertos o cerrados, aunque cerrar tus ojos puede hacer que el ejercicio
sea mucho más fácil. Cuando sientas que puedes pensar claramente sobre tu
ansiedad, puedes detener la imaginación guiada.
Reconoce tu ansiedad
Aunque
quieres reducir la ansiedad que sientes, no querrás hacerle caso omiso.
Reconoce que estás asustado, y analiza el miedo. ¿Es un peligro real y
presente? Lo más probable es que utilices las oraciones del tipo “que pasaría
si”, y sientas pánico por algo que aún no ha pasado o que posiblemente no
suceda. Reconoce que sientes miedo, pero que no estás en peligro. Sacar el
peligro de la situación te ayudará a relajarte un poco.
Identifica y Escribe tus Sensaciones y Emociones
Identifica tus sensaciones físicas, tus pensamientos y tus sentimientos cuando te den los ataques de pánico. Escribe lo que sientes, a
qué temes, dónde sientes el temor en tu cuerpo y cuáles son los pensamientos
asociados a ese temor. Escribirlo te ayudará a enfocar tus pensamientos y leer
lo que escribiste o recordar los hechos te puede ayudar a controlar mejor tu
ansiedad cuando se vuelva a
presentar.
Haz un poco de ejercicio
Realizar
ejercicio libera endorfinas, las cuales son responsables de aumentar tus
sentimientos de paz y felicidad. Para empezar ve a caminar o prueba un poco de
yoga; el ejercicio suave te ayudará a relajarte de forma más efectiva que un
deporte agresivo o el ejercicio aeróbico pesado.
Busca ayuda Profesional
Si tienes
ataques de ansiedad severos durante un periodo de tiempo prolongado, visita un psicoterapeuta
para que te brinde apoyo y te indique la terapia a seguir. Debes tomar en
consideración que los ataques de pánico no se superan de un día para otro. Requieren trabajo y paciencia de tu parte. En mi experiencia,
una herramienta adicional a los ejercicios de respiración y de mantenerse en el
presente, son las flores de bach, que ayudan con la ansiedad, con el miedo, los
pensamientos recurrentes y la impaciencia.
Cuando se presentan por lo menos tres episodios de
crisis de angustia en tres semanas, sin la existencia de esfuerzos físicos y
mentales intensos o situaciones de estrés exacerbadas o situaciones reales que
pongan de verdad en peligro la vida, se puede estar en presencia de un ataque
de pánico y es recomendable que busques ayuda profesional.
En resumen si te encuentras en una situación de ataque
de pánico:
- Recuerda que lo que te está pasando es la exageración de una respuesta normal al estrés, que no es ni dañino ni peligroso, sólo desagradable.
- Trata en la medida de lo posible, de no añadir pensamientos negativos que conviertan la situación en un círculo vicioso.
- Busca distraerte, las crisis generalmente duran poco tiempo, déjelo que pase; utilize palabras tranquilizantes.,” no es nada”, “sólo ansiedad”, “ya me va a pasar”, céntrate en tu respiración, conversa, busca compañía, relájate y acepta tus emociones.
- Y una vez que pase, continúa con la actividad que estabas realizando antes del ataque de pánico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Queremos conocer tu opinión. Incluye tu comentario.